Menorca

Piedrecitas amontonadas en Cavallería

Una de las ventajas de Menorca es que no tiene demasiadas plazas hoteleras ni demasiados coches para alquilar. Así se produce una limitación natural, que impide la invasión desde la península, (o desde Gran Bretaña y Alemania, sus invasores naturales), y aunque vayas en agosto, (los habituales te dirán que estaba llenísimo de gente), no notas que haya saturación. De hecho estuvimos en el puente del 15 de agosto sin ninguna sensación de agobio. ES GENIAL.

No conocíamos Menorca, y nuestras expectativas eran muy altas, ya que nos había dicho todo el mundo que es precioso, muy natural, muy tranquilo y todo eso. Cuando llegamos a Menorca el pasado domingo a mediodía, sólo encontramos hotel en Cala Llonga en Mahón. (Maó) 
Además nos encontramos con la puñeta de que no quedaban coches de alquiler en toda la isla y encima era domingo. Tomamos un taxi desde Cala Llonga hasta Mahón, y ahí nos pusimos a buscar casas de alquiler de coches (pero estaba todo cerrado y las que abrían tenían carteles de no hay coches hasta el día 20) hasta que por fin encontramos, de casualidad, una moto para alquilar ese mismo domingo.

Ahí tenéis a la rubia azabache al volante de la Honda.


Entonces, ya contentos al tener movilidad, nos fuimos a probar la moto yendo hacia el norte de la isla, a Fornells, a ver si contratabamos algo de bucear (encontramos para martes y miércoles). Resuelto el buceo, teníamos tiempo para esa tarde-noche de domingo y nos dirigimos al Cabo de Cavallería a ver el faro y la cueva. Después volvimos y cenamos en el puerto de Mahón. (Un arroz de marisco bastante rico)


Lunes. Fuimos al Monte del Toro (el punto más alto de la Isla, para disfrutar con las vistas), y de ahí hacia las calas más típicas de postal, Macarella, Turqueda y Son Saura. Elegimos Cala Turqueda y nos alegró ver que la guardia civil impide la entrada a los coches cuando ya han llegado a cien, por lo que así no se llena de gente, es estupendo. ¡Y qué cala tan preciosa! La tenéis en una foto aquí a la izquierda. Después fuimos a comer de bocatas por ahí y nos acercamos a ver Ciudadela.


Impresionantes los chalets y su puerto deportivo. Pasamos un ratito por Son Bou y más tarde nos fuimos a ver la puesta de sol en Cala Porter en la Cueva den Xoroi, que es una cueva-discoteca, llena de familias, niños y gente haciendo fotos si vas por la tarde, y garito ambience si vas por la noche. 12 euros la entrada con copa. Vale la pena su puesta de sol como podéis ver abajo o en la entrada anterior. Para la cena elegimos Maó otra vez, y tomamos pescadito al horno, que estaba bueno, pero no como para tirar cohetes... 


Martes. Como teníamos contratado buceo por la tarde en Fornells, esa mañana nos fuimos a ver los monumentos Taolíticos, como el Talatí de Dalt, antes de ir a la playa, en cala Pregonda. Para comer tuvimos que comprar unos bocatas de tortilla francesa, que nos supieron riquísimos. Por la tarde a bucear. (Estaba bastante chulo, con cuevitas y recorridos interesantes, aunque vimos muy poca poca fauna, qué pena. Nos hemos cargado el mediterráneo en muchas zonas.) 

Luego tomamos una pomada granizada, -la pomada es una mezcla de ginebra y limonada, muy suavecita, y bebida típica de Menorca- y de ahí fuimos a conocer otro pueblo, Binibeca. Nos gustó mucho mucho, tan blanquito. En el post anterior puse un reloj de arena que vimos allí. Nos quedamos sentados en unas rocas y disfrutamos de otra gran puesta de sol. Hasta ese momento, mirando a lo lejos, mientras la tarde deja de ser tarde, y aún no es noche, me vino a la memoria un post de MK titulado Es fosquet. Se lo dije a Mó. (Mó es Mónica, la rubia azabache) Es curioso que Mô es la sirena de Mahón, a la que cantó Serrat. Me encantó lo de Mó y Mô. Cenamos Caldera de marisco en Binibeca, muy rica. Realmente.





Bonita estatua de Mô en el puerto de Maó.


El Miércoles, hicimos dos inmersiones más en Fornells, que nos gustaron también muchísimo, y entre la una y la otra, fuimos a una playa cercana en Cala Tirante. Después de bucear, estabamos bastante cansados por lo que nos tomamos dos pomadas cada uno y nos volvimos al hotel para descansar. Mini siesta y después, por la noche, cena de pescadito asado en Mahón.

Jueves, últimas playas, visita del Faro de Favoritx y paellita de despedida en Can Burdó en Fornells. Fue caro pero rico el arroz, y también nos tomamos las pomaditas granizadas de despedida. A la tarde, piscinita en el hotel, para hacer tiempo, ir a devolver la moto y desde allí, taxi al aeropuerto para pasar por UK unos días antes de volver a Madrid.

Londres, en próximos episodios. (Antes publicaré nuevas recetas, que hace mucho que nos hago salivar...)

Sed felices,