Lentejas casadas. La receta paso a paso

Cuando me levanto, suelo mirar por la ventana y abrirla para respirar y percibir el ambiente. Sea invierno o sea verano, en mi dieta habitual no faltan las legumbres. Hay días como hoy en los que realmente te apetece un plato de cuchara, unas buenas lentejas casadas como las que vamos a preparar hoy. ¿Qué es eso de lentejas casadas? Os cuento la historia antes de empezar con la receta...

En general, la gente prepara dos tipos de lentejas estofadas, unas que se suelen llamar lentejas viudas, en las que no hay productos cárnicos, y cuyos ingredientes habituales, además de las lentejas son patata, cebolla, pimiento, ajo y zanahoria, y otras a las que por contra, llamaremos desde ahora lentejas casadas, a las que, además de los anteriores ingredientes, se incorporan chorizo, panceta, morcilla y otros productos del cerdo.


Mi madre hace casi siempre las típicas lentejas viudas, las que van sólo con ingredientes vegetales, y le quedan riquísimas. (Dejo en pendientes publicar esa receta de lentejas viudas próximamente). Hoy, vamos a hacer una receta con todos los sacramentos, las lentejas casadas. Como es costumbre en este blog, es una receta con todas las fotos paso a paso de la elaboración. El resultado debería parecerse a este plato.


En este caso, tenía en el congelador unas costillas de cerdo y en la nevera un chorizo de guisar por lo que sólo me faltaba comprar un hueso de jamón y un poco de panceta, que le da el toque perfecto. A continuación os pongo los ingredientes necesarios para hacer la receta. Yo siempre hago más cantidad y aunque somos dos a comer, preparo para 6 y luego hago tupers, congelo, le doy una ración a mi madre o a mi suegra, etc.

Ingredientes para 6 personas


  • 400-500 gramos de lentejas. Podéis usar lentejas castellanas, que son más grandes y tienen una calidad estupenda o lentejas pequeñas, también llamadas francesas, aunque en general estas lentejas del tipo pardinas suelen proceder de los USA. Yo he usado en esta ocasión lentejas Pardinas.
  • 2 chorizos de vuestro gusto, que no sean muy fuertes, o un trozo de longaniza de guisar de unos 150 gr
  • Un hueso de jamón o una punta de jamón (mejor)
  • 250 gr de carne de cerdo, o como en este caso, 350 gr de puntas de costilla ibérica (porque el hueso no se cuenta)
  • Agua, sal, 2 hojas de laurel y una punta de pimentón de la Vera
  • 1 cebolla y media y dos dientes de ajo
  • Un tomate maduro y Medio pimiento verde y medio pimiento rojo
  • 3 zanahorias y 2 patatas medianas

Cómo hacer lentejas casadas. Receta paso a paso


Cuando yo era pequeño, había que revisar las lentejas una por una y separar las piedras, que siempre se encontraban. Después se dejaban como el resto de las legumbres, una noche de remojo en agua y se cocinaban a la mañana siguiente, para comerlas al mediodía. Hoy las lentejas vienen perfectamente limpias, y en el caso de las pardinas, no necesitan ni siquiera el remojo de la víspera, por lo que si se os antojan y tenéis una hora de margen, podéis decidir hacerlas en cualquier momento y tenerlas listas para el almuerzo.



Comenzamos limpiando muy bien las lentejas sumergiéndolas en un recipiente con agua, o poniendolas bajo el grifo, eliminando así los pellejitos que hayan quedado flotando y otras posibles impurezas. Si las dejáis un rato, -como digo ya no necesitan el remojo de víspera- quedarán flotando los pellejitos y las lentejas huecas que se retiran fácilmente.



Seguidamente, colocamos las lentejas escurridas en la cazuela donde vayamos a cocinar junto a las patatas, la cebolla, media cebolleta, las zanahorias troceadas y las hojas de laurel. Mientras, en una sartén hacemos un primer sofrito con la mitad de los pimientos rojos y verdes y cuando se pochen ligeramente, los añadimos a la cacerola.

Continuamos dorando en una sartén ligeramente las tajadas o sacramentos que vayamos a utilizar, es decir, el chorizo, la morcilla, la punta de jamón, la panceta y las costillas adobadas. Una vez cambian de color las agregamos también a la cacerola donde pronto comenzará la magia y mezclamos. Como veréis a continuación, la pinta que va teniendo nuestra cacerola es ya espectacular.



Añadimos agua y cubrimos  con la cantidad suficiente para que quede todo bajo el agua, pero no excesivamente cubierto o os quedarán demasiado caldosas.

Encendemos el fuego y comenzamos a cocinar las lentejas, moviéndolas un poco al principio para que no se agarren y quitando la espuma que saldrá al comienzo de la cocción. En olla rápida deben tardar en torno a 10 minutos, 12 como máximo. Pero si las hacéis como yo, lentejas de las de verdad, de puchero, tardaréis algo menos de una hora, pero debéis probar las lentejas a los 40 - 45 minutos, ya que debido a la distinta dureza del agua y de calidad o clase de las lentejas, pueden estar hechas antes o después.



En mi caso, las lentejas estaban en su punto aproximadamente a los 50 minutos. Importante, no andar meneando mucho las lentejas, porque se despellejarían y no quedarían bien. Si hay que moverlas, agarrad la cacerola de las asas y le dais movimientos circulares, sin usar la cuchara.

Truco para que queden de escándalo


Sofrito para dar cuerpo:  En la misma sartén que hicimos el primer sofrito, ponemos el resto de los pimientos, el ajo bien picado, la media cebolla y el tomate que no hemos utilizado aún y mientras las lentejas se van haciendo, los pochamos lentamente.

Cuando esté bien hechos, apartamos la sartén del fuego y añadimos el pimentón. Tomamos un par de cucharones del caldo de las lentejas (no importa si vienen algunas lentejas o alguna zanahoria) y los añadimos a nuestro sofrito, triturando todo con la batidora de mano. Ese concentrado de verduras resultante es perfecto para añadir a las lentejas y engordar un poco el caldo y conseguir que quede más trabado.



Sólo falta dar un último chup-chup para integrar bien los sabores, y rectificar de sal. En mi casa, es costumbre añadir un chorrete de salsa Perrins (Worcestershire) Y ya sólo nos queda, quitar el laurel y la cebolla cocida y ya están nuestras lentejas casadas listas para disfrutar.



Para emplatar, podéis servirlas en plato hondo como hice yo, o si lo preferís también podéis usar cazuelitas de barro individuales, como las de las gambas al ajillo. Y ya sabes, esta es mi receta de lentejas, comida de viejas, que si quieres las comes, y si no, las dejas. Yo, desde luego,... me las como. ¿Y vosotros? Sed felices,