Ossobuco a la milanesa, receta paso a paso


Esta receta de Ossobuco a la milanesa, la he preparado con mucho cariño y el resultado, ha sido tremendamente espectacular. En esta entrada podréis ver paso a paso toda la preparación, y estoy convencido de que os va a encantar. Si nunca has probado este guiso tradicional italiano, aquí aprenderéis a hacerlo sin complicación ninguna, y os aseguro que en casa os van a aplaudir.

Para hacerlo, necesitamos 4 tajadas de ossobuco, mejor si son de los cuartos traseros de la ternera. El ossobuco, es la carne del morcillo, pero incluyendo el hueso de caña de la pata del animal, un hueso hueco (Osso buco) cuyo tuétano aporta untuosidad y un gran sabor al guiso, que es un estofado impresionante.

Como sabéis, yo la carne la compro en Carne Villamaría, mi carnicería on-line que me permite obtener en casa los mejores cortes, a precios imbatibles. Si aún no habéis comprado allí, haced la prueba con este ossobuco que no os defraudará, y aprovechar las promociones, que cada mes tienen algún producto en oferta o descuentos por ser lectores de Lazy Blog. (Tenéis un banner con descuento a la izquierda del blog)

Ingredientes para 4 personas

4 tajadas de ossobuco de ternera de un grosor de 3-4 cm, 50 gr de mantequilla, un poco de harina, una cebolla, una zanahoria, 1 rama de apio, cáscara de limón, sal, pimienta, 1/2 vaso de vino blanco, 2 cucharadas de concentrado de tomate o de tomate frito casero, 250 ml de un buen caldo de carne, cáscara de limón y perejil.

Cómo hacer ossobuco a la milanesa


Comenzamos poniendo la mantequilla en una cacerola amplia, y poco profunda, donde vamos a cocinar este guiso hasta el final. 


En cuanto se funde, añadiremos las piezas del ossobuco, a las que, para evitar que encojan, lo primero que hacemos es unos pequeños cortes en la piel que rodea la carne.

Una vez hechos los cortes, salpimentamos las tajadas y pasamos por harina, para darles unas vueltas en la cacerola y dorarlas un poco. Una vez han quedado doradas, las retiramos y las reservamos para hacer el fondo de verdura en el mismo aceite donde hemos dorado el ossobuco. Picamos bien la zanahoria, el apio y la cebolla, todo en trocitos de tamaño similar, y lo dejamos pochar a fuego medio. En cuanto la cebolla comience a cambiar de color, reintegramos las tajadas de ossobuco a la cazuela.


Añadimos ahora el vino blanco, y dejamos que se consuma y evapore, añadiendo después el tomate frito o el concentrado, y el caldo de carne, que prácticamente debe cubrir las tajadas, y dejamos que cueza durante 1 hora, a fuego lento. Lo ideal es tapar la cacerola para que se cocine con el vapor dentro. Durante esa hora, podéis dar la vuelta a las piezas cada 15 minutos. Hacedlo con cuidado para que no se deshaga la pieza, ni se caiga el contenido del hueso, el preciado tuétano.

Mientras, vamos a preparar la gremolata, un condimento que aporta un increíble sabor a este estofado, y que he usado también en otros platos, incluso asados, con un aporte de sabor magnífico.

Para hacer la gremolata, sacamos la cáscara de un limón, sin la parte blanca que amarga, y la picamos muy chiquitita. También podemos rallarla con un rallador especial. Después picamos una o dos ramas de perejil, también lo más pequeño que podamos y mezclamos con la cáscara de limón. La mitad de esta mezcla, la añadimos tras la hora de cocción, para que deje su sabor en la salsa, en la media hora que falta. La otra mitad, la dejamos para repartir por encima del ossobuco cuando lo sirvamos y llevemos a la mesa. Finalizada la cocción, sabremos que el ossobuco está listo cuando veamos que la carne se separa bien del hueso. En total habrá cocido aproximadamente una hora y media.

Cómo presentar el ossobuco a la milanesa

Para servir, espolvoreamos cada tajada de ossobuco con la gremolata, y colocamos las verduras a un lado y un poco de salsa. La costumbre es acompañar este ossobuco con un risotto a la milanesa, un arroz que podéis hacer con la técnica de los risottos, en el que los tuétanos de los huesos de caña se incorporan al sofrito inicial, aportando mucho sabor y untuosidad al arroz.

Si no hacéis este arroz a la milanesa, también podéis preparar un risotto de setas que también armoniza muy bien con este guiso. Os recomiendo de verdad esta receta de ossobuco a la milanesa. Es un guiso de carne, tan jugoso y meloso como la carne guisada que hacía mi abuela, pero con un sabor más exquisito, gracias a los huesos de caña y a la gremolata.

Además su precio económico, es estupendo para dar de comer a la familia, y dejarla bien llena entre la carne y la salsa, especialmente en estos tiempos en los que hay que mirar la forma de gastar un poco menos. A lo mejor os apetece haceros un regalo apto para carnívoros. Sed felices,