Un lujo razonable: el Brunch del Hotel Ritz de Madrid


Hay ocasiones especiales en las que nos apetece un lujo razonable: el Brunch del Hotel Ritz en Madrid. El estupendo servicio, la calidad de sus productos y la siempre agradable visita a este emblemático hotel, hacen de este brunch una experiencia memorable.

Uno de esos domingos en los que te levantas tarde y no sabes si es hora de desayunar o de salir de aperitivo y comer de tapas, puedes optar por esa mezcla de breakfast y lunch popular en los países anglosajones, que conocemos como brunch, y que también podemos disfrutar en nuestro país en muchos hoteles y restaurantes.

El Hotel Ritz y su gastronomía



Situado en la Plaza de la Lealtad, junto al Palacio de la Bolsa, la estatua de Neptuno y muy cerca del Congreso de los Diputados, el Museos del Prado o el Museo Thyssen-Bornemisza, el Hotel Ritz se caracteriza por su sutil elegancia y el excelente servicio de su personal, que se hace patente incluso desde que te acercas a la puerta giratoria de entrada.

A la derecha según entras, el Restaurante Goya es un lugar espléndido para descubrir el magnífico trabajo de su chef Jorge González y Gemma Vela, su somellier.  Si continuas de frente, accedes a los salones y amplios espacios del Ritz, donde puedes tomar un café y charlar en el ambiente distendido de elegancia y lujo suave sin excesos ni ostentaciones, elegido por muchas personas también a la hora de las meriendas.

Finalmente, si sigues un poco más allá puedes acceder al Salón Alfonso XIII donde se sirve el Brunch del Ritz, una experiencia inolvidable de gastronomía y elegancia que os cuento ahora con detenimiento. Esta experiencia se hace también en la terraza del Hotel en Primavera y Verano.

El Brunch del Hotel Ritz


Hay varios menús en el Brunch del Hotel Ritz, que van rotando domingo a domingo para que los que repiten con frecuencia no tengan siempre lo mismo, pero la base de este delicioso brunch es bastante estable por lo que aunque puede que algún producto de los que os voy a contar no esté disponible en una semana, lo estará en la siguiente y habrá sido sustituido por otro igualmente exquisito y refinado.



Al entrar, tras dejar el abrigo en el guardarropa, nos dirigimos a nuestra mesa, que habremos reservado con anterioridad. Comenzamos con una copa de buen cava, -tan rico que aunque nos ofrecieron vinos blancos, tintos o cócteles decidimos continuar con esta bebida durante todo el brunch. En nuestra mesa, manteles y servilletas de hilo, cubertería de calidad, y el entorno perfecto: lámparas araña y tapices del siglo XVII, y un servicio pendiente de nosotros pero sin agobiar. La mezcla es perfecta.

Antes de "atacar", dimos un recorrido por las distintas zonas para ver los carpaccios, los mariscos, las ensaladas, las frutas, la zona de platos calientes, arroces, carnes y pescados. En la isla central, los cocineros cortan embutidos y jamón ibérico en el momento, sirven las ostras y otras piezas de marisco y cortan las raciones de su afamado Solomillo Wellington con jugo de trufa haciendo felices a los que -sin aglomeraciones- disfrutan de este brunch desde las 12.30 a las 15.30 del domingo.



Nosotros llegamos poco después de la una, coincidiendo en la entrada con un famoso futbolista madrileño y su familia, y no había mucha gente aún. Después fue llenándose pero sin dar en ningún momento sensación de estar saturado, pese a que todas las mesas se ocuparon. Por eso os recomendamos si queréis ir a probarlo que hagáis una reserva bien telefónicamente o a través de su web.



Tras la primera copa de cava, tomamos un zumo de naranja -qué ricos son cuando son ricos- y nos acercamos a la zona del marisco. Habíamos visto unas ostras estupendas, unas cigalas grandes y la tentación era muy grande. Aproveché para meter en el plato -me encantó la vajilla- una cucharita de steak tartare, bien aliñado y un foie con manzana y unas tostitas.

En el centro de la mesa, la Rubia y yo pusimos un plato con lomo, jamón y algunos quesos de los que ibamos picoteando. Por supuesto, cada vez que nos levantábamos a por más delicias, nos encontrábamos la mesa limpia al regresar y nuestras copas rellenas. Tras los entrantes fríos, -también merecen la pena la ensalada de roast beef o la siempre efectiva ensalada César, nos acercamos a la zona de calientes, donde los arroces, los platos de cuchara, los guisos y otros nos abrían muchas posibilidades. Riquísimo el taco de mero, los raviolis de langostinos o los callos, por ejemplo.



Era el momento de pensar en los platos más consistentes, y aunque era inevitable aprovechar para pedir un poco de Txangurro o algún langostino alistado al pasar, me dirigi a los cocineros de la isla central para que me prepararan el sabrosísimo Solomillo Wellington con sus patatas y brócoli de guarnición y su salsa de jugo de trufa. Imprescindible!!


Mónica optó por la pata asada, una pata de cerdo con la piel cuadriculada que era un auténtico manjar. La piel crujiente como los mejores torreznos y la carne suave y ligera fue también un acierto. En ese momento, tras una hora bruncheando llevábamos ya cuatro copas de cava y nos encontrábamos bien satisfechos, por lo que decidimos pasar al tema dulce.


Solicité un café con leche expresso, y me acerqué a la mesa de dulces y postres. Yo elegí una tarta pie de limón, (casi tan rica como la que hago yo jejeje) y un trozo de banda de manzana. La Rubia optó por una mousse de chocolate con leche. Mientras, otros asistentes al brunch disfrutaban jugando con las frutas bañadas en la fuente de chocolate caliente.



Aproximadamente a las tres de la tarde, terminamos nuestro memorable Brunch en el Hotel Ritz, un lujo razonable que os recomiendo disfrutar. Tened en cuenta que el Hotel Ritz va a comenzar una reforma que lo tendrá cerrado durante aproximadamente año y medio desde finales de febrero. Aprovechad y acercaros a disfrutar de un gran brunch en Madrid antes del 25 de febrero (último domingo que estará abierto) y os aseguro que nunca se os olvidará esta experiencia gourmet.

Buffet Brunch del Hotel Ritz

Plaza de la Lealtad 5 (Madrid)
Precio adultos 89 euros (fecha 2018)
Precio niños hasta 12 años 44 euros
Domingos de 12.30 a 15.30
 

Sed felices,




Comentarios