Lagarto ibérico con pisto casero



No amigos, no me he vuelto loco, no os estoy animando a que salgáis al monte a cazar a los lagartos, que con estos primeros calores del año, salen de su letargo y se calientan al sol. Tampoco quiero que salgáis a la caza de la lagartija, salvo que lo hagáis provistos de una cámara de fotos, lo que quiero es enseñaros una deliciosa receta de lagarto ibérico con tomate o mejor dicho de lagarto ibérico con pisto casero. 

Yo quiero presentaros una receta, como es menester en este blog, con una pieza que cada vez es más conocida del cerdo ibérico. Se trata del lagarto, que es un corte alargado, situado entre la chuleta y el lomo, junto a la columna vertebral del cerdo, que suele utilizarse para la elaboración de salchichones y últimamente, para cocinar por ejemplo, cocinada en taquitos, pues es una pieza muy muy tierna.

Por si en vuestra zona no es tan fácil de encontrar, podéis sustituir este corte de carne por cualquier carne magra de cerdo, como carne de paletilla, pluma, solomillo, cabezada de lomo o similar.

Ingredientes para cuatro o cinco personas



  • 400 g de carne de cerdo ibérico, 5 cucharones de pisto casero y patatas fritas en cuadraditos para acompañar
  • Para hacer el pisto casero: Tomates, cebolla, pimientos y calabacín.


Cómo hacer lagarto ibérico con pisto casero


Ya veréis qué fácil es hacer esta receta de lagarto ibérico con pisto casero. Comenzamos troceando en cuadraditos la carne, mejor en tamaño bocado, así luego no habrá que partirlas. Freímos las tajadas en casi nada de aceite de oliva, sin llegar a terminar de freírlas, solo dorarlas un poco, porque luego se terminarán de hacer al cocer en el pisto.



Una vez las tenemos listas, las reservamos.

Si vamos a hacer nosotros el pisto casero, aprovechamos el aceite que quedó en la sartén, (que se habrá enriquecido con la grasilla que suelta el cerdo ibérico), y lo ponemos en una cacerola, en la que freímos los tomates, pelados y despepitados, para hacer una salsa de tomate.

Lo hago en cacerola porque el tomate, salpica bastante cuando se fríe en sartén, y debe estar bastante rato para que quede bien hecho y concentrado. Mientras se va haciendo, pochamos en otra sartén la cebolla y repetimos la operación con los pimientos, verde y rojo, cortados en trozos pequeños y el calabacín. Cuando estén listos, añadimos  nuestro tomate frito casero. (Aquí ves cómo hacerlo perfecto).



En casa también añadimos calabacín al pisto, pero lo dejo a vuestro gusto. Tras remover un poco, la salsa con el tomate, con el pimiento, el calabacín y la cebolla, tiene ya pendientes a todos nuestros vecinos, porque huele a gloria, por lo que tras 20-25 minutos de cocción, ya podemos añadir el lagarto que habíamos reservado y seguimos cocinando todo junto durante unos cinco minutos más...



Cuando preparo pisto tal como os he contado, sale mucha cantidad, y como ahora sólo vamos a usar dos o tres cazos, guardaremos el resto del pisto , para otras preparaciones o para cenarlo con un huevo frito, por ejemplo o para hacer el pisto con escabeche de mi abuela Lola.

En una sartén hermosa, disponemos los trozos de carne que habíamos reservado y los cubrimos con el pisto, dejando cocer a fuego lento, disfrutando de los aromas mientras la salsa hace chup-chup. Cinco minutos para integrar todos los sabores y terminar de cocinar la carne y apagamos el fuego, dejando tapada la sartén para que se asienten bien todos los sabores.

Con qué acompañar el lagarto ibérico con pisto casero




Mientras se hacía todo, nos pusimos a pelar unas patatas, y las freímos a nuestro gusto. Con este tipo de platos, a mi me gustan mucho las patatas en cuadraditos. Cuando las patatas estén a punto, y tras escurrirlas bien en papel absorbente, le damos un último toque al lagarto con tomate, para poder servirlo humeante. Emplatamos y llevar corriendo a la mesa, decorando con una hojita de salvia fresca.



El resultado: de lagrimita

No os va a sobrar, pero si sobrara lagarto ibérico con pisto casero, se puede guardar perfectamente durante unos días en la nevera, y está buenísimo como tapa, con una cervecita, por ejemplo. A mí me gusta hasta frío.  Sed felices,