Tortos de pan integral. Receta de mi cuñado

Hoy quiero enseñaros una receta que me tiene fascinado. Son los tortos de pan integral que hace mi cuñado Miguel, y que puedo mostraros gracias a que se puso a hacerlos para todos nosotros, dejándome fotografiar todo el proceso, durante el pasado mes de diciembre, cuando me acerqué a Asturias para ver a mi hermana y mis sobrinas.


Durante unos años, Miguel se ganó la vida como panadero y por eso, fue un auténtico placer verle trabajar la harina y tomar nota para poder enseñaros este paso a paso con un resultado tan fascinante. Los tortos, (así los llama él) son una especie de pan con aspecto de pan de pita, pero que en lugar de estar hueco por dentro tiene una buena miga en el interior. Son excelentes para desayunar, untados con mantequilla y mermelada, o con tomate y aceite de oliva virgen extra, y también son excelentes para hacer bocadillos, hamburguesas o cualquier uso similar.

Por si fuera poco, congelan estupendamente y para tomarlos en el desayuno, por ejemplo, no hace falta descongelarlos, sino que con darles una vuelta en la plancha, 2 minutos por cada lado, están calientes, y parecen recién horneados. Por ese motivo, cuando Miguel se pone a hacer tortos, hace un kilo de harina, y le salen tantos como veis en la foto del cesto del encabezamiento de este post: Un montón. Veamos el procedimiento de elaboración.


Ingredientes para un batallón:

1 kg de harina de trigo integral, mejor si es ecológica, 600 ml de agua templada, una cucharada de sal y 20 gr aprox de levadura de panadero.

Cómo hacer tortos de pan integral:

En las fotos siguientes, podéis ver de forma gráfica el proceso que voy a contaros, paso a paso. En un bol, deshacemos la levadura de panadero, troceándola con las manos. Seguidamente, añadimos agua templada, (a unos 25º C - 30º C) y mezclamos hasta que el agua queda turbia. Añadimos una cucharada de sal, y vamos añadiendo la harina con la mano, poco a poco. Según vaya admitiendo, vamos incorporando uno y otro puñado más de harina, hasta tener prácticamente todo el kilo en el bol. 

Entonces será una masa difícil de manejar dentro del bol, por lo que la volcamos encima de la harina restante que tendremos en la mesa, y la empezamos a trabajar a mano.


Cuando la masa esté bien trabajada, (Miguel tardó unos quince minutos), la metemos en el bol y dando a éste unos movimientos circulares, hacemos girar la masa para que tome forma de bola. Cubrimos con un trapo, y dejamos abrigado unas horas hasta que leve. Cuando destapamos, la masa habrá llenado todo el bol, casi hasta el borde.

Seguidamente, damos un pequeño meneo a la masa, la dividimos en dos mitades y a cada una de ellas, la estiramos un poco y la enrollamos sobre sí misma, formando un cilindro. Dejamos reposar quince minutos, y cortamos los cilindros con un cuchillo en trozos de unos 2-3 cm de grosor, como veis en la foto. Después, hacemos una bolita con cada pedazo (quedarán con un tamaño parecido a una mandarina) y dejamos reposar por última vez, cubiertos con un paño durante unos 30 minutos más... hasta el momento de hornear.

Casi estamos ya. Mientras se va precalentando el horno, sobre un plato lleno de harina, aplastamos cada bola, dejándola como una hamburguesa, que queda cubierta de harina, y vamos apilando una apoyada sobre la anterior. Cuando están todas las masas hechas, estiramos una a una con un rodillo, dándoles la forma definitiva y las ponemos sin más sobre la bandeja del horno, donde las coceremos de 6 en 6.

Miguel y mi hermana tienen un horno de gas, y pusieron el fuego sólo por abajo pero a todo trapo, y los horneamos a media altura, directamente en la bandeja sin papel de hornear y sin cubrir,  hasta que empiecen a inflarse y tomasen un poco de color. En casa con un horno eléctrico, hacedlas sin ventilador y calor sólo en la parte de abajo, a 190º y quedarán muy parecidos. En cuanto al tiempo, calculad unos 7 minutos, pero eso depende de vuestro horno. No hace falta darles la vuelta ni hay que abrir el horno durante el proceso. Mirad las fotos y os hacéis una idea, porque se ve perfectamente.

Cada vez horneaba 6 tortos, y poco a poco, se fue llenando el cesto, con los 36 que salieron. Y para que veais qué pinta tienen y qué ricos están en su interior, en la última foto os he puesto un torto abierto, para que veais qué miga tan estupenda tiene, si lo abrimos por la mitad.


Estoy seguro que los más paneros os animaréis a probar la receta de los tortos de pan integral de mi cuñado. Además,  estoy convencido de que os van a gustar tanto como a mí. En nombre de todos los lectores de Lazy Blog, muchas gracias Miguel por la receta y por el excelente trabajo de posado en cada paso del proceso. Creo que tu receta va a gustar mucho a todos.


Sed felices,