Primeros días en Bali

Llevamos solamente dos días en Bali, y esto es realmente alucinante. Eso sí, muy cansado porque no hemos parado. Ayer fue el primer día y nos dimos un palizón, que hoy estamos pagando con grandes agujetas. Menos mal que los masajes (y qué masajes) que nos hemos dado cada día nos dejan casi como nuevos.

Ese primer día hicimos rafting en el río Ayung, pero para bajar al río tuvimos que bajar una tremenda escalinata de más de media hora bajando, que aún nos tiene los cuadriceps a punto del fallo muscular (no exagero nada) pero valió la pena pues el recorrido es muy divertido y los margenes del río están esculpidos (el trabajo de una vida) con leyendas ayurvedas de la cultura India, que parece imposible que estén allí. Durante el recorrido, paramos a darnos una ducha en una estupenda cascada. 

Después fuimos al volcán Batur, y comimos con vistas al lago. Luego visitamos un jardín de especias, donde compré lemon grass en polvo y unas estupendas nueces moscadas. Tras visitar el templo de Puseh, construido en el año 1020, fuimos a descansar en un spa y nos bañamos en una bañera llena de flores. Y luego masaje reparador, y a Sanur a cenar mientras disfrutamos de un espectáculo con bailarinas. (Toda esa excursión, todo incluido, menos de 60 euros)

La comida, muy especiada, pero sin un picante demasiado duro (de momento) consistió en un satay (mini brochetas asadas en barbacoa de carbón individual) con arroz blanco y rojo, salsas, complementos, verduras, tofu y postre. Una delicia para tomar contacto con la cocina balinesa.

Hoy hemos llegado a Tulamben, una zona de buceo estupenda y hemos hecho las dos primeras inmersiones, en un barco de la segunda guerra mundial hundido por los japoneses, el Liberty Wreck, que nos han parecido muy coloridas y con abundantes peces, corales y mucho color. Al final un enorme cardumen de pequeños atunes nos ha envuelto, y ha sido toda una experiencia.


Al llegar al hotel, piscina con el mar al fondo y unas tumbonas gloriosas. Dos jovenes muchachas se nos acercaron para ofrecernos masaje, y qué bueno, por menos de 10 euros, una hora de masaje duro, menudas manos tenían. 

Ahora, he logrado conectarme y había pensado colgar un par de fotos en facebook y twittear un rato pero luego he pensado que sería mejor poner un minipost y contaros un poco. Es casi la hora de dormir, aquí nos tenemos que acostar pronto que mañana madrugamos, y hay seis horas de diferencia, así que seguiré contando más cosas en próximas entradas.

Me acuerdo de todos vosotros, ya os contestaré a la vuelta. Un abrazo desde Indonesia
Sed felices,