Mayoría de edad

Hay acontecimientos que nos marcan sensiblemente... Y el pasado 23 de marzo, se produjo uno de ellos. Mi hijo Alberto, cumplió 18 años y al hacerlo, me ha transmitido una estupenda sensación, de haber hecho las cosas bien.

Según señalaba acertadamente El Lateral Zurdo, en su blog, mencionando un proverbio japonés, a los hijos solamente hay que darles dos cosas, raíces y alas. La parte de las raíces es en la que más hemos trabajado con él, formación, principios, razonamientos, valores, etc. La parte de las alas es la que más hemos trabajado con nosotros, pues el error habitual es sobreproteger y no dejar volar al muchacho, por lo que hemos tenido que aprender a verle como un adulto, aunque aún no lo sea tanto.

Hasta ahora solamente he tenido alegrías con él, y supongo que sus proyectos de futuro, estudiar bioquímica y dedicarse a la investigación, serán un acierto. Fundamentalmente, porque tiene clara una vocación y un interés, que yo no tuve claros en mi momento, y él, con ese punto de partida, tiene a priori más posibilidades de acierto y felicidad.

Para mí, su mayoría de edad, ha supuesto, en cierto modo, una sensación de algo bien hecho, hemos conseguido que el huevo se haga pollo y el pollo aprenda a volar, y ya estamos deseando verle volar más alto que nosotros, reconocerle en las alturas y decir, ¿véis ese pájaro? pues es mi hijo.


¡¡¡Vuela, vuela, vuela!!!...


En la reunión familiar de celebración, tomamos unos aperitivos (cata de aceites, empanadillas de sobrasada y miel, bombones de salmón), y una fabada asturiana. (Eramos ocho para comer, y convenía un plato que se pueda tener preparado de víspera)


Para el postre preparamos unas tartitas de frutas para probar las Tartaletas de la Cocinera, que dan muy buen resultado y son muy cómodas. De hecho las repetimos con unos amigos este fin de semana


Ingredientes para 8 tartitas.
  • 1 paquete de Tartaletas
  • Crema pastelera (250 nata, 250 ml leche, 150 azúcar 4 yemas y 40 gr de maicena o de harina)
  • Frutas variadas (melocotón, plátano y fresa en esta ocasión)
  • Agua y azúcar para hacer almíbar



Preparación:
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  1. Poner un molde o un vaso boca abajo y sobre él, poner la tartaleta con el papel tocando el vaso.
  2. Cubrir la tartaleta con un papel de aluminio
  3. Retirar el molde o vaso y también retirar el papel sulfurado.
  4. Pinchar el fondo de la tartaleta con un tenedor para que no suba
  5. Hornear unos 10 minutos aunos 180º, vigilando que no se quemen y sacar.
  6. Rellenar con la crema pastelera haciendo un poco de copete
  7. Preparar un almíbar ligero con igual cantidad de azúcar que de agua.
  8. Picad la fruta en trocitos y pasarla por el almíbar dando un pequeño hervor. (Así no se pone fea ni se oxida)
  9. Decorar con la fruta, como buenamente podáis.
  10. A la mesa.
Esos labios soplando las velas, (enormes para esa tartita), son los del joven-adulto. Muchísimas felicidades, hijo.

¡¡¡Vuela, vuela, vuela!!!...