Solomillo con salsa de foie

Hoy toca receta de carne, tengo ganas de comer un buen solomillo con salsa de foie, porque la mezcla de esta carne tierna y deliciosa y el sabor del foie, me parece una combinación deliciosa. Además, había preparado un foie micuit casero (en unos días os enseño la receta) y de pasó, así aprovechaba los trocitos que me sobraron al desvenarlo, al preparar la tarrina.

La receta de la salsa es una tarea de lo más sencilla, pero tiene unos sabores y aromas tan intensos que cuando la probéis diréis: ¿Por qué no haré estas salsas más a menudo? Espero que ahora, os animéis a prepararla para alegrar vuestras carnes a la plancha con este sencillo complemento.

Ingredientes para 2 personas

2 medallones de solomillo de ternera, yo compro los de Carne Villamaría, (aprox 165 gr cada uno), unos trocitos de foie fresco (aprox. 50 gr), cebolla caramelizada (aprende aquí a confitarla en sus propios azúcares sin añadir nada) y 100 ml de caldo de carne casero.


Cómo hacer los solomillos para que queden jugosos 


Sacamos la carne del envase al vacío y la dejamos a temperatura ambiente durante al menos una hora y media. Como en los paquetes de Carne Villamaría vienen tres medallones, guardamos el tercero para otra ocasión, (dudo entre picarlo a cuchillo y hacerme una super hamburguesa casera o congelarlo para hacer carpaccio, cortándolo muy fino) 

Preparamos una sartén amplia para hacer los dos medallones a la vez y la ponemos al fuego, sin añadir el aceite hasta que esté bien caliente. En una cucharada de aceite de oliva virgen extra, que añadimos ahora, ponemos los medallones de solomillo y sin sazonar, los dejo un minuto a fuego fuerte, para favorecer las reacciones de Mallard que harán que se caramelice el exterior tomando un bonito color dorado. 

No creais que con eso selláis la pieza y que no escaparán los jugos, como se suele decir de modo incorrecto; de hecho, estaremos pendientes un par de minutos, hasta que la carne empiece a "sudar" y se suelte su delicioso juguillo. En ese momento, damos la vuelta a la pieza y sazonamos la parte cocinada, (con sal fina para repartir bien el sabor). Fijaos en la imagen y veréis el jugo atravesando la "costra" de la superficie caramelizada y saliendo al exterior.


Pasados otros dos o tres minutos, nuestro solomillo está en su punto, habiendo alcanzado la temperatura idónea en su interior, que seguirá sonrosado. En las fotos de arriba, podéis ver el canto del medallón, cómo ha ido cocinándose de fuera adentro, quedando aún una pequeña zona cruda justo en el centro. En las de abajo, el solomillo ya dorado en su punto, listo para emplatar. No lo hagáis de más, o no estará bien jugoso, por favor.

Como hacer salsa de foie para alegrar los solomillos a la plancha

Entre tanto, preparamos la salsa de foie de la forma siguiente. En una sartén sin nada de aceite, ponemos el foie en trocitos, y lo rehogamos por todas partes, a fuego lento y vigilando que no se consuma. Poco a poco, soltará su grasa. En cuanto empieza a dorarse por todas partes y se ve reducido su tamaño al irse licuando, apagamos el fuego y lo reservamos.

En un cazo, reducimos el caldo de carne con la cebolla caramelizada durante 5 minutos para que se integren sus sabores y evapore un poco el agua del caldo. Ponemos en el vaso batidor el foie y su grasa (no vayáis a desaprovecharla que es lo que buscamos, su esencia) y añadimos la reducción de cebolla y caldo de carne. Incorporamos también los jugos que pueda haber soltado el solomillo durante el reposo. Trituramos y ya tenemos lista nuestra salsa de foie.


Para redondear el plato, freímos unas patatas caseras en aceite de oliva virgen extra y las salamos cuando ya estén fritas, escurridas y listas para emplatar. Montamos nuestro plato de solomillo con salsa de foie, colocando en el plato de servir un medallón de solomillo, dibujando un arco con una cucharada de la salsa y cubriendo parcialmente el solomillo con otra cucharada. 

Unas patatitas a un lado o si lo preferís por la operación bikini, unas verduras salteadas como guarnición y a la mesa, antes de que se enfríe. Ya os imaginaréis la sonrisa que tendrá vuestro acompañante cuando os vea aparecer con este plato, porque el olor de la salsa, habrá creado grandes expectativas...

Feliz fin de semana, y como siempre, procurad ser felices,