Disfrutar con la Traviata en la cena cantada en El Café de la Opera
Lo habréis visto alguna vez anunciado o seguro que conocéis a alguien que haya asistido a las cenas cantadas en El Café de la Ópera. Tras dieciocho años ofreciendo estas cenas de ópera en Madrid, el boca a boca hace que cada viernes este restaurante se llene de público nacional y extranjero que acude para disfrutar con la Traviata en la cena cantada en El Café de la Opera.
No es extraño que el Café de la Ópera se llene, ya que ofrece una cena con aperitivo, entrante, dos platos fuertes, postre y café, todo ello maridado con agua mineral, vino blanco Montepardo 100%Verdejo de la DO Rueda, tinto Viña Salceda, crianza de la DO Rioja y cava Aria Brut Nature de Freixenet, con platos de gran calidad, como ahora veréis.
Las Cenas cantadas del Café de la Opera
El café de la Ópera es toda una institución en Madrid. Tras dieciocho años ofreciendo estas cenas cantadas en las que se interpreta una Ópera mientras se cena, asistir a esta cena espectáculo es toda una experiencia, muy agradable para ir en grupo o en pareja.
Mientras se disfruta la cena y animando la espera entre plato y plato, los cantantes interpretan La Traviata en directo. (Son auténticos cantantes no camareros haciendo una performance, lo cual redunda en su calidad)
Es muy emocionante y romántico escuchar las arias y en especial los dúos interpretados tan cerca y con una acústica que prácticamente te hace ser parte de la obra. La ópera se interpreta y explica a lo largo de diez intervenciones. Cuando yo asistí, acababan de estrenar la Traviata, tras el éxito de Madame Butterfly que era la obra que estaba antes en cartel.
El menú La Traviata
Lo primero, señalar que fue un menú muy completo y bien presentado. Como os decía, consistía en aperitivo, entrante, dos platos fuertes, postre y café todo ello maridado con vinos de Rueda y de Rioja así como un Cava en el aperitivo y el postre. Disculpad la calidad de las fotos de los platos porque debido a la iluminación en rojo o en azul eléctrico para el ambiente de la Ópera, fue difícil sacar los colores auténticos de los platos.
Comenzamos con una copa de cava acompañando el aperitivo, un salmorejo con huevo duro picado y crujiente de jamón. Correcto y suave, aunque tenía más textura de gazpacho que de salmorejo. Tras el brindis comienza la explicación del Director artístico que da paso a las interpretaciones de Graciela Armendariz, Luis Enrique Jimeno y Juan Manuel Muruaga, acompañados por el pianista Manuel Ganchegui.
Cantan una pieza o dos de unos diez minutos aproximadamente y llega el siguiente plato, en esta ocasión una ensalada templada de queso de cabra y frutos secos con una deliciosa vinagreta de fruta de la pasión o maracuyá. La ración es muy abundante, yo habría aconsejado una cantidad menor, dado que el menú tiene todavía un plato de pescado, uno de carne y el postre y estamos a la hora de la cena. Sin embargo, la ensalada está muy buena con ese aliño y en mi mesa todos terminan con ella.
Siguen las explicaciones para que todos podamos entender la ópera y saber del idilio entre Violeta y su pretendiente, mientras la enfermedad acosa a la muchacha. La voz del bajo, los duos entre el tenor y la soprano y la trama se suceden y entonces llega la merluza. Se trata de una suprema de merluza a la sidra, acompañada con una guarnición fantástica, un ragú de manzana que encaja a la perfección con el punto del pescado.
Para los momentos más dramáticos, cuando la protagonista se encuentra al borde de la muerte y le acompañan los dos cantantes -tenor y barítono bajo- llega la carne, un solomillo con salsa de Oporto, acompañado del Crianza Viña Salceda de la DO Rioja. Es una ración más que abundante, tras los otros platos, pero está tan tierno que conseguimos terminarlo sin esfuerzo.
Las fotos no hacen justicia, debido a la iluminación y las luces de tipo neón.
El drama va concluyendo y llegan los postres. Se trata de una riquísima tarta tatín de manzana, acompañada de helado de violeta, un sabor de caramelo típico madrileño, que encaja bien con el nombre de la protagonista.
Después llegan los últimos momentos cantados y la gran ovación a los interpretes -tanto a los tres cantantes, como al pianista y al director artístico que presentó la obra y explicó para facilitarnos a los asistentes el seguimiento de la trama.
Valoración
Un menú abundante y muy correcto y bien elaborado, que acompaña un espectáculo agradable en el que poder disfrutar de una cena cantada. Es una opción apetecible para acercarse a la Ópera en un ambiente cómodo y relajado, viviendo la experiencia única de oir a los cantantes muy cerca, como si estuvieramos en el escenario, disfrutando con sus interpretaciones mientras degustamos una cena bien preparada.
Y todo por 55 euros, incluido la cena, las bebidas y el espectáculo. Puede ser una buena idea para una cena especial, un momento romántico o un descubrimiento para los que nunca hayáis experimentado asistir a la ópera.
Yo fui con mi madre, una gran aficionada a la Ópera como regalo anticipado del Día de la Madre y lo pasamos muy bien. Ella me dijo que aunque -lógicamente- no es lo mismo que ver una opera entera con sus decorados, ambientaciones y coros, fue muy agradable para ella compartir esa cena conmigo y sentir tan cerca a los cantantes, en especial el barítono bajo que fue quien le gustó más.
Para mí, fue la primera vez que asistía a una representación de ópera y la experiencia en conjunto -cena, espectáculo, ambiente, precio, calidad, etc - me pareció muy interesante y más que recomendable. Durante mayo se alternan La Traviata (55 euros) y Fidelio (45 euros). Si estáis interesados, más abajo podéis acceder a las reservas en su web.
Sed felices,
Café de la Ópera
Calle Arrieta 828013 Madrid
Reservas +34 915426382
Web Café de la Opera