Aperitivos para triunfar, dos recetas que te harán quedar muy bien



La receta de hoy consiste en tres aperitivos para triunfar, que os recomiendo para cuando tengáis invitados.

A) Espirales de jamón y roquefort. (clic en las fotos para ver el proceso)



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Esta receta, es muy fresca y original. Y solo necesitamos un poco de queso roquefort (o similar) un poco de mantequilla y dos o tres lonchas de jamón de York. Preparar una crema de roquefort mezclando con tenedor 50 gramos de queso roquefort con otro tanto de mantequilla y un poco (un chorrete) de nata liquida. El resultado debe ser una crema espesa.

Extender dicha crema sobre las lonchas de jamón de york y enrollar éstas sobre sí mismas, a lo largo, formando un cilindro. Envolver el cilindro en film plástico de cocina y meter en el congelador. YA ESTÁ. Para servir, sacar una hora antes de comer y cortar transversalmente aprovechando que está congelado en pequeños rulitos que mostrarán la espiral de york rellena de roquefort. Colocar en el plato en el que se servirá y dejar que se termine de descongelar. Sorprendentes.





B) Cebolla caramelizada con queso de cabra


El único trabajo para preparar este segundo aperitivo es caramelizar la cebolla. (Aquí podéis ver paso a paso cómo hacerlo sin problemas) Luego, sólo hay que servirla templada, con el queso de cabra, con lo que se producen unos contrastes que no os dejarán indiferentes. 

Para hacer este aperitivo, necesitamos dos cebollas hermosas y un rulo de queso de cabra. No os creáis que es mucha cebolla pues en el proceso mermará mucho, hasta quedar reducida a la mínima expresión. Si solamente usáis media cebolla, o incluso una en lugar de dos, luego os arrepentiréis de no haber hecho más cantidad.

Picar las cebollas en juliana (en tiras), y poner a pochar a fuego muy lento en aceite de oliva abundante (no preocuparos por la dieta que el aceite luego lo retiraremos). Se trata de confitar, es decir realizar una cocción en aceite, a baja temperatura. 

Así la cebolla se irá dorando y ablandando. Es un proceso largo, que no exige demasiada atención, pero no vale subir el fuego para terminar antes, porque el resultado es muy diferente y no os gustará.


Cuando empiece a tomar un color marrón claro, (ver foto), más o menos a los 15 ó 20 minutos, retiraremos el aceite de oliva, dejando solamente lo necesario para cubrir el fondo y añadiremos dos o tres cucharadas soperas de azúcar, removiendo para que la cebolla se impregne bien.


Seguimos pochando la cebolla a fuego lento, removiendo poco a poco, teniendo precaución porque el azúcar al fundirse alcanza una temperatura muy alta. Pasados otros 5 minutos, añadimos un chorrete de vinagre de módena, o de vino dulce, o de salsa soja, que terminará de dejar la cebolla con el color ideal. Podéis elegir cualquiera de esos ingredientes, el que tengáis en casa. Yo lo he hecho muchas veces con uno y con otro, y siempre sale buenísmo. Retiramos y servimos a continuación con un rulo de queso de cabra.


Si hemos preparado la cebolla con antelación pero queremos servirla templada, -aunque fría está también buenísima- podemos dar un toque en el microondas al plato con la cebolla, y luego añadir el queso.


C) Tartaletas de cangrejo, manzana y lo que tengas


Esta es la receta más fácil, después del trabajo de la cebollita. Picamos unos cuantos palitos de surimi (sucedáneo de cangrejo) de los que venden en barritas.

Picamos en trocitos una manzana, mejor si es una manzana Fuji o una verde ácida, por la cosa del contraste. Picamos trocitos de queso manchego, o una lata de atún o, como dice el título, trozos de lo que tengas en casa.

.Se añade mayonesa para ligar la mezcla y se reparte sobre tartaletas de las que venden ya preparadas en el súper. Se puede adornar con unos trozos de salmón ahumado o con unos granitos de caviar (o su sucedáneo) para hacerlo más atractivo.







Y si necesitáis más ideas no dejéis de probar estos otros aperitivos para triunfar:





Sean ustedes buenos y felices